¡Qué bueno que por fin pude leerla! Después de haber recibido tantas citas y referencias en películas, libros y programas de TV, me doy cuenta que es una novela imprescindible para entender a la cultura americana.
Se da modos para no dejar de ser idealista e inocente, aun cuando toca temas tan controversiales y crueles como el racismo, la violación, el maltrato, el prejuicio y la injusticia; un reflejo fiel al ideal que busca la civilización que nos lidera: Llena de vicios y conflictos y aún así conservadora.
Presenta personajes entrañables como Scout, la pequeña “Tomboy” que da pie a muchas de las caracterizaciones de niñas que hemos visto en el cine; Atticus es el padre justo y cariñoso, padre también de todos los caracteres tipo “Father knows best” que tanto exhibe la televisión americana. Atticus también es el modelo de todo abogado que quiere ser fiel a sus principios a pesar de cualquier contratiempo, otro personaje que hizo roncha en las historias contemporáneas.
El ambiente sureño, tan sugerente, campo fértil para los sentimientos cristalinos y las injusticias dolorosas. Una maravillosa novela.
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